“Deslengua” (Libros de la herida,2020) es un libro de cantares, coplas, tankas, falsas calaveritas, jaicus asonantados, repentes, juguetes líricos…, es decir, de palabras listas para entrar en acción y ser dichas o cantadas, aunque también se puedan leer en silencio y al descuido en cualquier sitio.
En “Deslengua”, publicada en la colección Vivezas de la editorial sevillana Libros de la Herida, Carmen Camacho arrima la oreja al aire y hondura de la sabiduría popular y la tradición oral, pero sin intención de forzarla ni de impostarla sino de cogerlas al vuelo y entreverar, aquí y ahora, las posibilidades del habla común y de las artes del lenguaje.
La autora jienense, residente en Sevilla, nos trae esta nueva obra tras otras tan destacadas como “Vuelo doméstico”, “Campo de fuerza”, “La mujer del tiempo”, “Zona franca” o “Minimás”. Como editora literaria, es responsable de la reciente antología “Fuegos de palabras”, título de referencia sobre el aforismo poético español de los siglos XX y XXI. Interesada en la oralidad y en el diálogo de la palabra y las artes, ha desarrollado obras de poesía escénica en colaboración con artistas de diferentes disciplinas y colabora con diversos medios de comunicación.
Desandar el lenguaje. Me deslenguo hasta encontrarme.
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Tiempo material Tú sin prisa, relojero. Para hacer un buen reloj hace falta echarle tiempo.
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El Mañana no es ningún día de la semana.
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¿Serán las estrellas reflejos de llamas de las candelas?
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Que por los mismos motivos por los que despierta el día, yo quiero dormir contigo.
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De tu último portazo todavía se estremece el agüita de mi vaso.
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Farolillo cualquiera, en mi noche oscura, la luna era.
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A señal de ge pe ese van marcando mi destino, ¡con lo bien que está perderse!
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Yo voy del ruido al silencio, tú vas del silencio al ruido. ¡Quién sabe qué nos diremos al vernos por el camino!