Antes de que la pandemia nos cogiera la vez, el equipo de ETP estaba
embarcado en un ilusionante proyecto del que estábamos muy orgullosos y
deseando compartir con vosotros. Nos referimos al libro “El dardo en la
viñeta” de nuestro compañero y viñetista Pedripol. A punto estábamos de
celebrar y compartir el nacimiento de nuestra aventura con vosotros cuando
nos sorprendió el coronavirus y el resto ya lo saben. Es por eso que desde
aquí queremos liberar algunos de los textos y viñetas de este libro para que
podáis disfrutarlos.
Pronto volveremos a la carga y entonces no nos parara nada. Pero de
momento afilemos las palabras, afilemos los pinceles.
Os presentamos “El dardo en la viñeta” pasen, vean y lean.
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Un día piensas que solo son seres humanos. Miras al tipo que rema, y es un ser humano. Miras al tipo que toma decisiones, y es un ser humano. Entre ambos, la idea de pertenecer. Uno a un lado, el otro al opuesto. Uno cree pertenecer al grupo de los que trabajan a cambio de un salario. El otro, al grupo de los que deciden, que ordenan. Ordenar es el verbo adecuado. El tipo que ordena lo hace gracias a que una mayoría de los que reman acepta que efectivamente pertenece al grupo de los que deciden. No es de ahora. A ambos les viene de generaciones. Podría llamarse fatalidad.
al pasar la barca me dijo el barquero describa al barquero al pasar la barca describa la barca me dijo el barquero ¿está usted en disposición de asegurarlo? las niñas bonitas no pagan dinero en lo referente a bonita conste como apreciación subjetiva las niñas bonitas a decir verdad no parece el lenguaje propio de un barquero no pagan dinero describa usted su relación con el barquero al pasar la barca me dijo el barquero las niñas bonitas no pagan dinero se aprecia una tendencia obsesiva en sus declaraciones yo no soy bonita ni lo quiero ser ¿cuenta con testigos que corroboren sus afirmaciones? ni lo quiero ser se confirma que no aporta informe pericial ni parte de lesiones
Frente al tipo que rema y frente al tipo que ordena, sobre ellos, bajo ellos, tras ellos, una niña. Ante todos los tipos que reman y todos los tipos que ordenan, una niña. Podría llamarse fatalidad.
Vamos a jugar.