Imagen: Pedripol
El Diario de Cádiz ya no es de Cádiz.
Es de Sevilla.
Cientocincuenta años después se despidió con una exposición en la verja del muelle y una comida en la antigua estación de Renfe.
Invitaron al rey que vino a decir que Cádiz es de primera aunque todos sabemos que milita en segunda.
¡Menos mal que poco después vino el jeque con su yate Yas y lo atracó pegadito a la verja!
El yate Yas es algo irreal, fuera de toda comprensión. Pero a los gaditanos nos distrae. ¡Lo mismo que hacía el diario! Es como un parque temático, un sueño de alguien exageradamente rico. Y ya se sabe, en Cádiz no abundan los exageradamente ricos…
Puede que el yate Yas anime a otro yate. ¡Quizás al yate Bis!
Sería bonito: Yas y Bis juntos en Cádiz, proa con proa, como dos amantes de invierno.
Yas tiene un halcón cometa que espanta a las gaviotas e impide que se posen y ensucien su casco. Es un remedio ingenioso y barato para alguien que puede permitirse tener a varios vigilantes veinticuatro horas al día durante todo el año. ¿Pero para qué si puede solucionarse con un halcón cometa imaginario…?
Igual que el diario. ¿Para qué seguir en Cádiz si Sevilla es mucho más económica y da más prestigio imprimirlo?
Me pregunto si el halcón imaginario del Diario serían la verja y la comida y el nombre, ¡claro!: DIARIO DE CÁDIZ, desde 1868.
Pero ahora sabemos que el diario de Cádiz ya no existe.
Murió en Agosto del 2017, en vacaciones y a escondidas, sin armar ruido.
No tiene sentido seguir llamándole así, DE CÁDIZ.
Es la misma falacia que cuando en el puerto de Cádiz aparece el cartel de ¡Bienvenidos a Sevilla!
Siempre me he preguntado si a los turistas les engañan camarote por camarote o en grupo.
Si no fuera por las familias que deja tiradas, no deberíamos llorar la huida del Diario.
Puede que dentro de unos años el yate Yas atraque también en Sevilla. Para entonces, seguramente, los yates Yas ya no valdrán lo que valen hoy. Serán historia. Igual que el diario.
Los gaditanos nos habremos reconvertido en un megacrucero urbano, en la primera ciudad flotante y dirigible del mundo. Seremos anfibios, universales y chirigoteros. Podremos dirigir nuestra surcadura donde queramos. Incluso, si nos apetece, arribar el Guadalquivir y plantarnos todos en Sevilla. Como el Diario.
Pero me da a mí que en esta ciudad, los fiordos noruegos y el Caribe tiran bastante…
Tampoco sería mala idea que Cádiz entera atracase por unos días en La Habana. Además, así también podríamos visitar la antigua rotativa del Diario. Tan solo es cuestión de raíces.
En fin, pelillos del Yas a la mar,
desde El Tercer Puente, y hecho en Cádiz por ahora…