Pepe Pettenghi
“Seréis bautizados” pretende prolongar la vida de aquellos que sufrieron y murieron injustamente
José Aquiles Pettenghi Lachanbre (Cádiz, 1949) es una referencia en las letras y en la política gaditana. Defensor del republicanismo como elemento cívico sobre el que vertebrar la democracia, desde sus artículos en diferentes medios siempre hace gala de su particular y sagaz humor, de su compromiso con un ateísmo liberador de sacristías que huelen a naftalina, y ocultan represiones y brazos en alto, y de una análisis de la política en la que muestra una clarividencia tan necesaria como poco frecuente en la actualidad.
Ahora, recién depositado en las estanterías de las librerías, llega a nuestras manos su nuevo libro, “Seréis bautizados” (Q-book, 2020), un texto que golpea con fuerza en la conciencia colectiva de una ciudad acostumbrada al olvido y a la desmemoria. A través de una imagen imaginaria, Pettenghi, construye un relato sobre la “regeneración moral de los vencidos” como castigo; violento, como una represión franquista que muchos tratan de ocultar mediante discursos que igualan a golpistas y defensores de la legalidad democrática; y, sobre todo, reflexivo, denunciando la falsa moralidad sobre la que descansa una historia oficial escrita desde la intencionada ocultación de los hechos y el desprecio a la verdad.
Aprovechando esta novedad editorial, conversamos con nuestro colaborador en una breve entrevista en la que nos apunta las claves de un libro indispensable que no dejará indiferente a nadie.
Pregunta: Nos tiene acostumbrados a alternar dos registros bastante distintos. Uno de ellos es el humor en el que tenemos que citar obras suyas como “No estés eternamente enojado” o tu última producción “Calendario Ateo”. La otra vertiente serían obras que se ocupan de la recuperación de la memoria histórica. “Seréis bautizados” pertenece a este último grupo. Es un libro que recoge un episodio concreto de la guerra civil en Cádiz. Es decir, se podría afirmar que nos encontramos ante otro libro sobre la guerra de España, ¿no es así?
Respuesta: Pues sí. Porque aquí todavía, cuando se habla de este asunto, hay que volver una y otra vez a la casilla de salida: fue un conflicto bélico que enfrentó al fascismo contra la democracia. Y hay que repetirlo. Es significativo que todavía se discuta eso, y dejar claro quiénes fueron las víctimas y quiénes los verdugos. Porque la especialidad del fascismo español fue convertir a las víctimas en verdugos.
La memoria no es un ajuste de cuentas, tiene que ver con lo que somos y lo que queremos ser
P: En la introducción de su libro comenta el riesgo de este tipo de textos que vuelven a narrar sucesos pasados que se encuentran en el olvido, definiendo, además, el género de su libro por lo que pretende pero, también, por lo que no es. ¿Se trata de una novela o un libro de historia?
R: “Seréis bautizados” no es una novela, ni una tesis histórica, ni un memorándum. He tratado de arrojar luz sobre un asunto, tal vez menor pero muy simbólico: los bautizos patrióticos, a los que los vencedores obligaban a los hijos de las víctimas. Cerraban el círculo de su victoria bélica recristianizando España. En este caso concreto cuento los pormenores de cómo los jerarcas del incipiente franquismo, habían asesinado a unos republicanos cuyo mayor delito era haber militado en partidos de izquierda, y unos días después llevaban a la iglesia a la viuda y a sus hijos para bautizarlos. Esto ocurría en Cádiz ante la vista de todos.
P: Parte entonces de un hecho histórico real. ¿Cómo llega a conocer este hecho sobre el que se edifica “Seréis bautizados”?
R: Una efeméride en un periódico local, en el rincón más oscuro de la publicación, me dio la pista para tirar del hilo. Todo surge leyendo la reseña de la noticia de un bautizo, un acontecimiento social aparentemente banal, bajo el que se ocultaba todo el horror de la represión fascista en la ciudad de Cádiz durante el primer franquismo.
P: Y una vez conocido el hecho ¿cómo decide abordar este asunto que recrea en las páginas de su libro? Es decir, cuando decidió escribir “Seréis bautizados” ¿cómo planteó que debía abordarse un tema de las características del que desarrolla en las páginas de su libro?
R: La obra está planteada como la observación atenta de una imagen, de una foto inexistente, explicando quién es quién en ese acto del bautizo. Cada cual sale con su nombre real y su papel en aquella representación. Aquí no hay medias tintas ni artificio alguno. Se describen tal como fueron.
He tratado de arrojar luz sobre un asunto, tal vez menor pero muy simbólico: los bautizos patrióticos, a los que los vencedores obligaban a los hijos de las víctimas
P: Pero la situación que describe en las páginas de “Seréis bautizados” es absolutamente terrorífica, de represión y violencia…
R: Bajo el pretexto de acto caritativo y benéfico, no era más que una venganza. No sólo una venganza política sino una venganza de clase. Y el franquismo puso en las manos de aquellas personas el mejor instrumento de la venganza: la impunidad. La verdad era terrible, así que no me extraña que la hayan sepultado tanto tiempo.
Algunos consideran que hablar de estos temas supone “reabrir heridas” y consideran que es un ejercicio innecesario. La memoria no es un ajuste de cuentas. Más tiene que ver con lo que somos y lo que queremos ser. Si no se sabe lo que hemos hecho como pueblo, ¿cómo encarar el futuro? Por otra parte, hablar aún hoy de estos temas se dice que es “delicado”. Y eso es lo realmente anómalo y perverso en una sociedad que se dice moderna y democrática. Se dice también que “eso pasó hace mucho” o que supone “reabrir heridas”. Pero creo firmemente que la obligación del que escribe es poner el foco sobre las injusticias que se cometieron, y mantener despierta la conciencia sobre ellas. Ese es el objetivo de “Seréis bautizados”.
P: Desde el punto de vista del estilo, el texto hace gala de la sobriedad en su composición, algo, evidentemente, buscado. Ud. mismo habla de cierto espartanismo narrativo…
R: El libro está escrito para ser leído de un tirón, por lo que he prescindido de notas a pie de página, digresiones o tramas periféricas. Efectivamente, es un estilo espartano y directo. Bajo esta sencillez narrativa se esconden varios años empleados en recabar datos y, sobre todo, darle el enfoque que he creído más apropiado. Esto último está muy pensado.
P: Ejercicios narrativos y de investigación como el suyo ponen de manifiesto que, pese a la versión oficial del bando vencedor, la represión fascista en Cádiz fue especialmente violenta…
R: Es revelador el dato de que se fusiló al alcalde republicano -un médico bueno y pacífico- a tres cuartas partes de la corporación municipal, al gobernador civil, a su secretario, a funcionarios… Y todavía hoy, en 2020, algún periodista de la caverna se atreve a decir que durante el franquismo “sólo se fusiló a los que tenían delitos de sangre”. Una tosca mentira es su brutal moraleja.
Todavía hoy, en 2020, algún periodista de la caverna se atreve a decir que durante el franquismo “sólo se fusiló a los que tenían delitos de sangre”
P: Tras leer “Seréis bautizados” no podemos evitar preguntarle ¿quién es Antonia Alvarado, a la que dedica su libro?
R: La dedicatoria va dirigida a Antonia Alvarado, la persona más buena y comprometida que he conocido, a quien el fascismo gaditano fusiló a su padre siendo ella una niña. Y ella quiso bautizarse para poder asistir a la escuela. Sí, hubo un tiempo en que sin estar bautizado no eras nadie, ni siquiera podías aprender… Me apena que Antonia Alvarado no haya podido ver la publicación de este libro.
P: Su libro tiene una evidente finalidad de luchar contra el borrado de la memoria que el franquismo practicó violentamente con hechos como los que describe. ¿Cree que ha conseguido el objetivo que perseguía cuando pensó que debía escribir “Seréis bautizados” ?
R: He podido poner por escrito esta historia de represalias, de violencia, de injusticia, de sangre y, sobre todo, de olvido. Porque durante la Transición no se tocaron estos asuntos. Por eso “Seréis bautizados”, para prolongar la vida de aquellos que sufrieron y murieron injustamente.