Decía Papá: “Haz lo correcto. Estudia para ser alguien en la vida…”
Haz lo que debes. El futuro es tuyo. La sociedad espera mucho de ti. Estudia y aprovecha las oportunidades que no tuvieron tus padres. Consigue una beca. Haz una carrera universitaria. Estudia. Trabaja al mismo tiempo porque no te llega con el dinero de la beca. Estudia el tiempo que no trabajas. Has perdido la beca, trabaja el doble al mismo tiempo que sigues estudiando. Aprende un idioma, vete al extranjero. Trabaja, friega platos y ollas. Vuelve a España. Busca un trabajo. Haz unas prácticas gratis. Sigue formándote. Estudia un postgrado. Vale un pastizal. Trabaja mientras lo haces para poder pagarlo. Trabaja en algo relacionado con lo que estudiaste pero con carácter “voluntario”, no cobrarás pero aprenderás la profesión. Estudia. Accede a un trabajo de tu categoría profesional por el que te pagan una mierda. Te echaron, era un contrato temporal. Apúntate al paro. ¿Dónde vas con esa pinta? Córtate el pelo. Acepta un trabajo que te explota, para el que no estudiaste y por el que pagan una miseria. Echaron a un compañero de trabajo porque pedía que se cumpliera lo que decía en su contrato, mira para otro lado. Ahora tienes estabilidad, te hicieron fijo. No te manifiestes contra la norma laboral que te esclaviza, tienes mucho que perder y no sirve para nada. Consume. Mira la tv, entretiene y ayuda a no pensar. Ya superas la treintena, ya puedes salir de casa de tus padres, compra un piso pequeño a precio de oro y que puedes conseguir pagar con muchísimo esfuerzo. Pasa de política, no sirve para nada. Vota según te indican los medios de comunicación, que para eso informan y opinan sobre lo que debes hacer. Cree lo que te digan. No cuestiones. Trabaja ocasionalmente para complementar tu sueldo en empleos que pagan una mísera y terminarás con el poco espacio personal que aún te queda, pero es que la familia ha aumentado. Trabaja. En tu trabajo se atrasan en el pago. No protestes, aguanta. Te echan. Tu empresa te dejó colgada 5 nóminas. Demándala y espera. Apúntate al paro. Manda curriculums. Nadie te llama. Tu perfil profesional no cuadra en las pocas ofertas de empleo existentes. Actualízate. Fórmate en nuevas competencias profesionales. Reinvéntate. No tienes los recursos económicos suficientes para poder empezar por tu cuenta pero eso es lo de menos, lo importante es tu idea, emprende. Fracasas, vuelve a intentarlo. Recuerda lo que dijo el coach en una conferencia a la que asististe, quién fracasa en su idea es porque no la ha realizado correctamente y no ha puesto el suficiente empeño. Es tu responsabilidad. Inscríbete en portales de empleo. Se agota tu prestación, el Gobierno recortó en prestaciones y políticas activas de empleo. Hazte Facebook. Sigue intentándolo. Hazte twitter. No desesperes. Te echan de tu casa, vuelve a casa de tus padres. Continúa intentándolo, aunque ya no te queden fuerzas ni ánimos. Medícate con pastillas que te dejen más zombie. Se te cae el pelo y engordas. Hazte runner. Las redes sociales te entretienen, te ayudan a desconectar estando conectado, eso es bueno. Tus padres se han hecho mayores, cuídalos. Consulta tu correo diariamente por si aceptan tus candidaturas de empleo. Mira la tv. Engánchate a Juego de Tronos. Superas lo 40 y no te quiere contratar ninguna empresa. No lo has intentando lo suficiente. Has tenido todas las oportunidades posibles. El futuro llegó y no es lo que esperabas. La culpa es tuya.
Te preguntas, ¿por qué me encuentro en esta situación si, como decía mi padre, sólo he hecho lo que debía?
Fotografía: Juan María Rodríguez