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S catalan

Es un lugar común, aunque necesario, apuntar que la figura de John Coltrane (1926-67) marca un antes y un después no solo en la crónica del jazz sino de la música popular contemporánea. Su vasta obra pone de manifiesto la monumental dimensión de una música cuya primordial cualidad fue regirse por un devenir evolutivo parejo al crecimiento personal del artista que la forjaba. Aclamado unánimemente gracias a álbumes como “Giant Steps” (1959) o “My Favorite Things” (1960), su abandono del ámbito tonal para zambullirse en el jazz libre durante sus últimos años de vida no fue entendido, ni aún hoy lo es, por muchos críticos y seguidores que pensaron que Trane había perdido el rumbo, cuando, en realidad, estaba logrando un ilimitado grado de compromiso con la autonomía creativa, manifestado de forma absoluta en…

JOHN COLTRANE

ASCENSION

IMPULSE!, 1965

El saxofonista Albert Ayler manifestó en una ocasión que “la única manera en la que puedo agradecer a Dios su omnipresente creación es ofrecerle una nueva música que lleva el signo de una belleza que hasta ahora nadie ha entendido. La música que tocamos es una larga oración, un mensaje que ruega a Dios”. Espiritualidad y exploración como factores decisivos de la explosión free remarcada por uno de sus esenciales exponentes. Ayler fue justamente una de las influencias más latentes en la filosofía de un Coltrane que, desde 1961, había pisado el acelerador de su progresión artística a modo de reflejo de la personal. El viaje conducía directamente a los terrenos del free, una forma que algunos denominaron, sin ambages, el antijazz.

La trayectoria de Coltrane vivió durante la primera mitad de la década de los sesenta una paulatina transformación, iniciada en sus registros en el neoyorquino Village Vanguard en 1961, amplificada mediante el hito “A Love Supreme” (1964) y concretada en este “Ascension”. Para entonces, y pese a mantener a algunos de sus componentes en nómina, Coltrane ya había roto con el espíritu de su cuarteto clásico, activando un proceso de liberación que modificaba los roles rítmicos, armónicos y melódicos de la mano de un salto sin red que muchos no fueron capaces de asociar a un músico entonces plenamente consagrado. Desde su título y portada, “Ascension” enunciaba un impulso religioso y espiritual, también expresado en “A Love Supreme” y “Meditations” (1965), a modo de factor diferencial en relación a otros trabajos de improvisación colectiva como el emblemático “Free Jazz” (1961) de Ornette Coleman. Registrado en una sola sesión – 28 de junio de 1965 – y en formato de gran banda, con tres saxos tenores (Coltrane, Pharoah Sanders y Archie Shepp), dos saxos altos (Marion Brown, John Tchicai), dos trompetas (Freddie Hubbard y Dewey Johnson), dos bajistas (Art Davis, Jimmy Garrison) más el piano e McCoy Tyner y la batería de Elvin Jones, su cuerpo central estaban constituido por una espaciosa improvisación encabezada por un sencillo motivo sobre el que se modulaba una interacción grupal sin restricciones. Casi cuarenta minutos de liberador ejercicio de creación instantánea que redefinía conceptos como tensión e intensidad, proponiendo a los aficionados más audaces un tránsito plagado de sensaciones. “Ascension” fijó un perfil de oración y mensaje a través de una experiencia discordante y abrasiva, determinante en el proceso de expansión de un free que transformaría para siempre la crónica del jazz y cuyos principales líderes – Albert Ayler y Ornette Coleman – terminarían rindiendo tributo al genio tocando en su funeral.

Posteriores ediciones a la original sustituyeron la toma – “Edition I” – por otra – “Edition II” – algo mas expresiva que, dicen, Coltrane prefería. Ambas aparecieron juntas en la versión CD del disco ratificando la magnitud de un registro que hoy, más de medio siglo después, conserva intacta su fascinante naturaleza.

Salvadorcatalan

. Ornette Coleman: “Free Jazz” (Atlantic; 1961)

. Albert Ayler Trio: “Spiritual Unity” (ESP, 1964)

. David Murray Octec: “Octec Plays Trane” (Justin Time; 2000)

. Rova Orkestrova: “Electric Ascension” (Atavistic; 2005)

 

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