Fotografías: Juan Antonio Vila
A pesar de ser muy céntrica Arbolí es una de las más desconocidas de nuestras calles. Aunque no lo parezca es la vía más larga del casco histórico de Cádiz. Más de 160 metros que unen Compañía con San Juan sin bocacalles que la corte. En el número 5 se encuentra en la actualidad el Centro Municipal de Artes Escénicas. El edificio que ocupa ha albergado durante más de 250 años una intensa actividad cultural y educativa que ha sido recientemente analizada en los Cursos de Verano de Cádiz 2017.
Pocos se imaginan que en el espacio interior de los edificios que se encuentran entre Arbolí y la calle Libertad queda una plaza interior que, al menos, tenía un arco de acceso que lo conectaba con esta última calle. En su interior Joseph Jordán, empresario genovés, empezó a levantar en 1739 un Teatro para representación de Operas Italianas que tuvo que abandonar su construcción por una demanda que interpuso la Hermandad de San Juan de Dios. En 1761 otro italiano, Josep Darbricio pudo completar el proyecto con un enorme edificio de madera con cuatro alturas, sesenta palcos y una capacidad amplia que le permitió vender para un baile de Carnaval de 1778 hasta milsetecientas entradas en un mismo día. Durante dieciesiete años fue un activo núcleo de representaciones de óperas italianas con los mejores y más conocidos cantantes venidos directamente de Italia y con una compañía propia de músicos y bailarines. El acceso al edificio se realizaba a través de la Plaza de las Flores.
Para vivienda y ensayo de los músicos Darbricio adquirió una vivienda en la entonces denominada calle Empedrador, que probablemente por el tumulto de sus propietarios empezó a ser conocida en Cádiz como Casa de la Camorra. Una vez desaparecida la actividad operística un grupo de grandes comerciantes el edificio fue derribado y un numeroso grupo de comerciantes, mayoritariamente extranjeros, adquiere el “pavimento” para labrar en torno a 1783 un majestuoso edificio de tres plantas con un Salón Teatral en la planta baja que recordaría no sólo al aledaño Coliseo de la Ópera Italiana sino también al también clausurado, Teatro de la Tragedia francesa del Mentidero que tuvo una notable vida entre 1768 y 1778. En las plantas superiores cinco amplias dependencias servirían para biblioteca, salas de lectura, y otros salones de reuniones y de juegos permitidos (billar, naipes,…).
Creíamos desaparecido todo el edificio cuando se construyó el Colegio Jaime Balmes en la década de los sesenta del pasado siglo. La casualidad al solicitar permiso para una visita nos llevó a encontrarnos con una parte visible de la fachada neoclásica que sirve como respiradero de los servicios del actual Centro de Artes Escénicas. En un pequeño patinillo se puede observar una parte del primer arco de los cinco que todas las descripciones del edificio nos ofrecían a lo largo de su Historia. Construida en una piedra arenisca, probablemente de las canteras de San Cristóbal de El Puerto de Santa María, una pilastra de orden romano asciende para iniciar un arco de medio punto que queda tapiado por los ladrillos del nuevo edificio. Todas las referencias nos hablan de que esta fachada daba a un patio de naranjos. Subiendo a la azotea podemos distinguir cuatro capiteles de orden romano que nos hacen suponer que la fachada se encuentra completa tras los muros del antiguo Colegio.
Ocho investigadores y activistas gaditanos hemos analizado en los Cursos de Verano la amplia actividad desarrollada en el lugar. El objetivo era no sólo conocer y reconocer el espacio, sino también poner las herramientas para recuperarlo. Desde Coliseo de ópera Italiana con su correspondiente Casa de Músicos, a Tertulia Internacional con 27 propietarios de 14 “nacionalidades” diferentes, en el siglo XVIII. Una vez confiscado, al comenzar la Guerra de la Independencia en 1808, el inmueble ha servido como Escuelas Lancasterianas de la Sociedad Económica Gaditana de Amigos del País, además de sede de diversas entidades culturales como el Liceo Gaditano presidido por el fourierista Manuel Sagrario de Beloy o sede del original Ateneo de Cádiz. A finales del siglo XIX fue el Conservatorio de Música con la denominación de Academia Filarmónica de Santa Cecilia donde probablemente, al menos de espectador, Manuel de Falla recibiese parte de su formación.
En el siglo XX desplegó también una sobresaliente y continúa actividad que comenzó con el Circulo Modernista presidido por Antonio Rodríguez “El Tío de la Tiza” sirviendo su salón como lugar donde se escuchó por primera vez el himno oficioso del Carnaval gaditano: “Los Duros Antiguos”. Posteriormente fue Escuela de Comercio y Cabaret con el nombre de “Kursaal Gaditano”. A partir de 1931 se convirtió en La Casa del Pueblo que albergó no solo al PSOE y a las secciones sindicales de la UGT gaditana sino también a la convergencia de múltiples asociaciones obreras que defendieron la Casa frente al ataque de Regulares y falangistas el 19 de julio de 1936.
Convertido en Teatro Jaime Balmes y desde 1952 hasta 1962 además como sede estable de la Tía Norica, la compañía de Titeres más longeva con vida de los títeres europeos, se derribó para la construcción del Colegio que siempre hemos conocido como Arbolí. El arquitecto municipal, Antonio Sánchez Esteve, probablemente valorando la calidad de la fachada, con gran pericia escondió la elegante obra que creemos que debe ser recuperada. El Ayuntamiento de Cádiz, actual propietario del edificio, ha adquirido el compromiso de su puesta en valor. El teniente de Alcalde Martín Vila ha encargado al arqueólogo municipal, José María Gener, un estudio para acometerlo. Esperemos que bien en parte o en su totalidad continuemos disfrutando de su gran belleza.