Fotografía: Jesús Massó
Aunque era vox populi, el azar, o quién sabe qué, ha querido que Radio Cádiz lo haya elevado a evidencia empírica con papeles y datos justo cuando se produce el fallecimiento del gran teórico de la liquidez, Zygmunt Bauman. Ya no es rumorología, sino hechos contrastados: los Presupuestos oficiales ─pretendidamente sólidos─ del Ayuntamiento de Cádiz durante el Teofilato eran, en realidad, extraordinariamente líquidos, es decir, maleables a voluntad, convenientemente biodegradables si se les protegía de la luz, susceptibles de “retoques ad hoc” y dotados de la “fluidez” suficiente como para poder amoldarlos, según conveniencia, a nuevos “marcos de actuación”, a nuevas pautas de discrecionalidad opacas y dudosamente democráticas.
Para qué ─pensarían─ vamos a llevar a Pleno “insignificantes” movimientos (cinco millones de euros) entre partidas de unos Presupuestos ya aprobados, disfrutando como disfrutamos de mayoría absoluta. Bastará con unas “hojillas” de régimen interior invitando a varias concejalías a ceder de manera indolora y silente parte de su asignación presupuestaria con destino al buen funcionamiento de la maquinaria del autobombo. Luego, por supuesto, ni mú de esos movimientos de “contabilidad extracontable”, por mucho que la oposición desactivada que tenemos ─seguirían pensando─ solicite información al respecto (cosa que al parecer la oposición hizo más que reiteradamente, sin recibir respuesta alguna).
Por tanto, no es de chapuceros de lo menos malo que podrían calificarse los Presupuestos del Teofilato, sino que además constituyen un monumento a esa sutil ingeniería contable (todo-legal-faltaba-más) que termina haciendo pagar a la ciudadanía su propia manipulación. Una lógica y una práctica propias no ya del poder, sino del abuso de poder.
Por muy sabido que resulte, es necesario repetir que la manipulación intencionada de las conciencias consiste en la apropiación ilegítima de lo más valioso que tenemos: nuestro libre albedrío, nuestra subjetividad, nuestra posibilidad de actuar y decidir en libertad. Es una forma de corrupción ─quizás la más importante de todas─ que suele aparecer convenientemente disfrazada, de manera que pasa inadvertida no sólo a quienes se manipula, sino a las propias leyes que supuestamente protegen nuestra dignidad y nuestra integridad como personas. De ahí que Teófila Martínez pueda ahora negar, sin empacho alguno, la realidad del autobombo, haciendo un guiño cómplice a eso que ahora llaman postverdad, y que no suele ser otra cosa que un grado superlativo de desfachatez de quienes usan posiciones de privilegio de manera torticera y escasamente democrática.
Pero al mismo tiempo, lo que mucha gente ya sabía, eso que la oposición de entonces al parecer pedía insistentemente conocer y no lo ha conseguido hasta que Radio Cádiz lo ha puesto de manifiesto estos días, viene a mostrar la enorme hipocresía política del grupo municipal del PP ahora en la oposición cuando tachó de falta de seriedad (¡y de chapuza precisamente!) la propuesta al Pleno de la última modificación presupuestaria presentada por el actual gobierno de Podemos/Ganemos, al fin y al cabo un mecanismo contemplado en la legislación de las Haciendas Locales y, por tanto, legal además de legítimo, y dentro de la normalidad democrática, por su transparencia.
Nada que ver los 1,5 millones de euros que el gobierno de Podemos/Ganemos proponía traspasar (recordemos: un trámite que puede gustar o no según a quiénes, pero en este caso hecho conforme a normativa, explícitamente, argumentado, con transparencia, sometido a la decisión del Pleno, ajustado al juego democrático por tanto…) desde otras delegaciones a Servicios Sociales (el camino inverso recorrido por las subrepticias partidas circulantes del Teofilato), nada que ver, digo, con los más de 5 millones de euros que, en conjunto y sólo de 2007 a 2010, asegura Radio Cádiz circularon en “dirección prohibida” amparados por la escasa iluminación y por la camuflada liquidez de los “sólidos/modélicos” Presupuestos del Teofilato.
Otro efecto, no menos aleccionador, de las suculentas informaciones reveladas por Radio Cádiz, es el manto de ridiculez que cae sobre aquellos sesudos hacedores de Presupuestos modélicos (¡Oh, ese insustituible, por superdotado, concejal defensor de la ortodoxia presupuestaria redactando, presentando y defendiendo las alegaciones en contra de la modificación llevada a Pleno por el actual gobierno municipal…!). Los auténticos y únicos capacitados gestores de las cuentas del reino mundial y local… Un mito más (sólo mito y sólo uno más), convenientemente cultivado por los muñidores de las políticas no ya conservadoras, sino regresivas, que tan a la perfección encarnan los políticos del Partido Popular, a todos los niveles.
Pero qué más da todo esto si la indefinición, la ambigüedad y el garantismo (para según qué y quienes) de las actuales leyes positivas, las que están ahí puestas para, supuestamente, proteger a la ciudadanía de los abusos de quienes pueden abusar, permiten negar lo innegable, sustraerse a lo punible y, al mismo tiempo, postularse como los reyes (y reinas) del mambo… sin sonrojarse siquiera.