Tras los distintos quehaceres veraniegos, septiembre nos devuelve a la realidad cotidiana, al encanto de la vuelta a la monotonía de la vida diaria. Sin sobresaltos, volvemos a nuestras labores más peregrinas, y en esa breve adaptación necesitamos encontrar ilusiones, deseos e ideas que nos ayuden a hacer más llevaderos estos días de anomia transitoria. Para eso puedes contar con este #ETP42, un número en el que sumergirte para disfrutar y reflexionar un rato.
Con el inicio del curso escolar, volvemos tras un breve periodo de reflexión, iniciando una nueva etapa con ganas renovadas pero el mismo entusiasmo y objetivos del primer día. En este periplo que iniciamos ahora, trataremos de construir un proyecto de comunicación riguroso y con pluralidad de opiniones; diseñar una revista cuyos contenidos definan un discurso propio, distinto de las voces de los representantes del más rancio, y autoritario, de los discursos que pululan habitualmente por los medios locales; continuar apostando por personas libres y valientes que afrontan este reto sin ataduras ni mordazas; y, sobre todo, seguir construyendo una conciencia crítica, respetuosa con la diferencia, pero que cuestione la hegemonía del relato de la bienpensancia gaditana, tan dada al croqueteo institucional y al besamano político, que tanto daño ha hecho a nuestra ciudad.
Y en este número 42 lo hacemos abordando un asunto que nos afecta especialmente y que debe abordarse desde todas sus artistas, con diferentes puntos de vista y dando altavoz a opiniones dispares: la turistificación. Con independencia de la postura que adoptemos ante ella, nadie puede negar que, en los últimos tiempos, el turismo ha pasado de verse como un elemento dinamizador de la economía a hacerlo como un factor cuyos efectos desmedidos genera preocupación y desconfianza entre los ciudadanos. Es por ello que debemos detenernos a pensar por un momento en el impacto que tiene el turismo en nuestro ecosistema social. El incremento de pisos turísticos que expulsa de los barrios a sus vecinos, el aumento de los precios de la vivienda, la desaparición de los comercios de proximidad, la masificación de los cascos históricos y la pérdida de identidad de la ciudad, y de los valores que conforman la idiosincrasia de los lugares de destino turístico, conllevan la transformación de los centros de las ciudades a escenarios de cartón piedra vacíos de contenido. No obstante, también debe considerarse que el turismo puede tener efectos positivos como el desarrollo económico de las ciudades o la mejora de los niveles de desempleo. Pero, ¿es ese el modelo de desarrollo económico y social que deseamos? Empleo sí, pero ¿este tipo de trabajo ligado al monocultivo de la hostelería y la precariedad es la mejor alternativa posible para nuestras ciudades? ¿Debe ponerse un límite al crecimiento turístico antes de que nos carguemos la gallina de los huevos de oro? ¿Queremos -y debemos- aceptar las consecuencias directas que nos afectan negativamente como ciudadanos y ciudadanas? ¿Se ajusta el modelo de ciudad y de sociedad que se desprende de este tipo de desarrollo con la Cádiz que queremos edificar para todos? Sobre estas y otras preguntas queremos responder con el dossier especial de este número de nuestra revista, aportando una pluralidad de opiniones que apuntan a diferentes visiones del fenómeno, con miradas locales que son enriquecidas con otras experiencias de personas que viven esta realidad en distintas ciudades de España y el mundo.
Este nuevo número viene acompañado, además, de nuestros contenidos generales de opinión, apostando por el protagonismo de la cultura, la entrevista en un formato pausado que promueva la reflexión sobre los temas tratados, la inclusión de elementos gráficos y audiovisuales y, por supuesto, muchas otras novedades que iremos incorporando en los próximos números.
Y todo ello sin perder un ápice de nuestra forma de entender el necesario debate social y fomento del diálogo como elementos trascendentales de la sociedad y la ciudad que queremos.
No queremos olvidar en esta editorial a todas las personas que han colaborado y colaboran con nosotros. Especialmente, queremos recordar a Paco Cano, creador e impulsor de ETP hasta hace unos meses. Muchas gracias por haber conseguido hacer de ETP lo que es hoy y recuerda que este siempre será tu proyecto y tu casa. Somos un humilde medio local, sin ínfulas ni fanfarrias, pero orgulloso de verse enriquecido por estar abierto a la participación e ideas de mucha gente y cuyo efecto trasciende a las personas que lo integramos.
Pasen y lean, el nuevo ETP acaba de despegar.
Avanti