El pasado mes de diciembre Laura Mingorance, asesora de Podemos en el Ayuntamiento de Cádiz, publicaba un artículo en estas páginas de El Tercer Puente dedicado a la crítica de la política municipal del Partido Socialista en nuestra ciudad. Nada que objetar al ejercicio de la crítica, sana y democráticamente deseable, mucho que comentar del contenido, vacuo y tópico en su mayoría. El cincuenta por ciento del texto se dedica a las consabidas consignas que la nueva izquierda suele manejar cuando habla del PSOE. Ya saben ustedes, puertas giratorias, afanes privatizadores, vocación por la precarización laboral, reforma constitucional exprés y neoliberal y cosas por el estilo. Curioso que en un artículo que se supone enfocado a la política municipal en Cádiz se dilapide la mitad de su extensión en reiterarnos las múltiples traiciones de la socialdemocracia española. Pero no es de extrañar en quien el pasado mes de septiembre protagonizó una charla al alimón con un diputado de Podemos de la Asamblea de Madrid con el título de ¿Por qué es un error gobernar con el PSOE?, la visión de la conferencia en Youtube resulta esclarecedora de la actitud de salida de esta asesora municipal frente a los socialistas, nada afectuosa y sin atisbo alguno de que a su parecer exista posible acuerdo entre ambas fuerzas. Pero no quiero caer en su mismo error y trataré de contestar de manera directa, sencilla, comprensible y amable a algunas de sus apreciaciones.
Afirma la asesora de Podemos que “el PP de Teófila y el PSOE de Fran González están de acuerdo en lo esencial: poner palos en la rueda”. En este argumento, estrella brillante en los discursos del partido que gobierna nuestra ciudad, se olvida una cosa esencial: Para poner palos en las ruedas lo básico, lo que no puede faltar es que haya ruedas, o sea que exista acción política de gobierno real, de medidas eficaces dirigidas a aplicar una política determinada. ¿Existe eso en el equipo de gobierno de Podemos en la ciudad de Cádiz? Los socialistas entendemos que no, que pocas o escasas son las propuestas que Podemos enfrenta desde una visión de buen gobierno y de mejora de nuestra ciudad. Y los dos casos que pone de ejemplo la asesora municipal son claros. La incapacidad de nombrar los más altos responsables técnicos en un organismo autónomo, la Fundación Municipal de la Mujer, y una vital empresa pública municipal, Onda Cádiz. Si un organismo público y administrativo carece de dirección técnica ¿cómo va a girar la rueda en sentido alguno? Es de manual en política local básica, si se quiere implementar una política pública hay que contar con un nivel de dirección técnica que sepa trasladarla a la maquinaria administrativa encargada de llevarla a cabo. Da pudor tener que explicar ciertas cosas, pero parece que los tiempos lo requieren. O quizás sea la ineficacia de los gobernantes. Cuando Laura afirma que el PSOE entrega el poder a la derecha se equivoca, es la incompetencia de Podemos la que lo hace. Hablo por supuesto desde el PSOE, supongo y sé que el PP tiene otra teoría sobre el uso de los palos pero esa es otra historia.
Un segundo mensaje publicitario que nos envía el gobierno de Podemos es que estamos ante “una moción de censura por fascículos y de tapadillo”. Cuesta creer que se nos pretenda confundir de esta manera ¿disentir es censurar? ¿Alzar la voz ante lo que se ve incorrecto es censurar? ¿Señalar las deficiencias en la gestión es censurar? ¿No son esas acaso las tareas de la oposición? A Teófila tampoco le gustaban las voces, los gestos, los votos y las acciones de la oposición. Parecía que estábamos en un ayuntamiento del cambio, rimbombante denominación para describir el giro hacia la nada, de otras maneras y estilos. Pero no, cuando la oposición ejerce sus derechos está censurando el supuesto buen hacer del gobierno municipal. Y si miramos el argumento desde otra perspectiva, las muchas ocasiones en que Podemos vota junto al PSOE mociones y propuestas en los plenos municipales, deberíamos afirmar entonces que el Partido Socialista gobierna por fascículos y de tapadillo con el actual equipo de gobierno. Aunque el grado de cumplimiento de Podemos respecto a esas propuestas y mociones nos explicarían muchas de las reticencias de los socialistas a un gobierno común. No está bien que unos, nosotros, pongan el talento y el proyecto mientras los otros, Podemos, se encargue del desgobierno o si se prefiere del lugar al que encaminar tanta rueda que dicen echar a rodar.
En resumen que esta nueva izquierda de entrada genera grandes expectativas del tipo “asaltar los cielos”, “desplazar a la casta” o “darle voz a la gente”, realmente casi nunca nada nuevo pero que suele sonar bien. Luego, a la hora de la verdad, que es la hora de trabajar en serio, a partir de programas, ideas, propuestas y estrategias, como que se vienen abajo y son incapaces de sacar los temas a adelante sin enredar, con limpieza. Gracias a Dios, o al tan de moda entre ellos Nazareno de Santa María, existe el PSOE para echarle las culpas de la propia inoperancia.