Yo creo que ahora es justo el momento para que el Ayuntamiento se desentendiera del COAC y quien quisiera organizarlo, que lo hiciera.
Y si el Consistorio quisiera seguir organizándolo, que volviera a los principios: un concurso para agrupaciones no profesionales donde hay unos premios para recompensar a quienes lo hubieran hecho mejor y así ayudarles a sufragar sus gastos; y si el Ayuntamiento se encontraba con unos ingresos por publicidad, pues eran de todos los gaditanos, no de unas agrupaciones insufribles que van al Teatro a cachondearse del público.
El Concurso ya va siendo gravoso para el municipio porque aquí nos estamos creyendo cosas que, en realidad, no existen. Por ejemplo, que unos chavalillos y chavalillas se vuelvan locos por unos comparsistas (no por unas comparsas), no significa que en el Concurso haya calidad. Si esos chavalillos tuvieran una cultura musical carnavalesca, se darían cuenta de que se componen pocos pasodobles con esencia gaditana. Y si tuvieran conocimientos literarios, verían que estamos anclados en los años 50. Pero todos quieren ganar durante el Concurso mucho dinero y no cantando -lo cual es humano y plausible- sino a través de unos derechos que, en mi opinión, no les corresponden pues deben corresponder al propietario del Concurso que es el pueblo de Cádiz y este no debe firmar ningún contrato (de hecho no lo firma) con unos concursantes para que se lleven el dinero que el Concurso genere.
Participar en el concurso es, desde siempre, una opción libre, a nadie se le obliga; así que el que se quiera quedar fuera, está en su derecho. Quienes quieran organizar eso, que lo organicen; que alquilen el Teatro, que paguen a los operarios (tramoya, porterías, seguridad, taquilla, acomodadores, limpieza, regidores de escena…), que repartan entradas de protocolo (patrocinadores, antifaces de oro, Ayuntamiento, jurados…) y con lo que sobre, después de que el organizador coja sus beneficios, que pague los premios y reparta derechos de publicidad. No sé si me estoy poniendo impertinente con este comentario; pero me da la impresión de que autores y comparsistas que se han llevado algunos inexplicables premios, se están poniendo más impertinentes que yo.
Fotografía: José Montero