La poesía tiene corazón de pájaro. Vuela libre y anida en las manos de quien la recibe con los ojos abiertos. Ahora en estos tiempos extraños que nos clausuran el cielo y el suelo corriente, la palabra se convierte en la ventana abierta al sentir, al vivir, al hacer de cada día. Eso creemos en El Tercer Puente y por eso mismo hemos seleccionado estos tres poemas de estos tres grandísimos poetas para que volemos a donde sea que tengamos que volar. Disfruten y descubran, viajen y vivan, compartan y sientan. La emoción es lo último que se pierde.
¡Salud y poesía!
DESCENTRALIZACIONES (I)
Laura Casielles.
De Los idiomas comunes. (Hiperion, 2010)
Mientras una mujer en la Provenza
se abrochaba el corsé,
cinco mujeres preparaban sus cuencos de henna
en un harén no muy lejos de Tánger.
Mientras se escribía sobre el Cid,
se escribían también las Rubaiyyat.
Mientras se libraba una guerra entre Prusia y Austria,
miles de tártaros eran expulsados de Crimea.
A la vez que Carlomagno,
Kaya-Magan.
El día en que Gavrilo Princip
asesinó al príncipe Francisco Fernando
se cumplían dos años
del día en que se autorizó la compra del Canal de Panamá.
Y el año en que murió Winston Churchill,
Mehdi Ben Barka despareció en París en extrañas circunstancias
y la India independiente hizo oficial uno de sus más de treinta idiomas.
Mientras Bolívar se subía a su caballo,
los ingleses se instalaban en Tasmania.
Los fusilamientos del 2 de mayo
no son lo mismo que el 2 de mayo de 1812,
cuando los colonos desistieron del sitio a Cuautla.
Si son anécdotas, todas son anécdotas.
Si son hechos importantes, todos ellos son hechos importantes.
***
Alberto Porlan.
De País (Libros de la herida, 2009)
RODAMOS POR UN TÚNEL que tiene mil salidas
y todas desembocan en una sola noche.
Alguna vez se dijo que el futuro era claro
que la ruta cambiaba.
Pero esta ruta negra dura más que el futuro
y el túnel en la noche ya no es túnel. Es noche.
¿Seguiremos viviendo como ciegas hormigas
que excavan en lo oscuro sus galerías ciegas
nutriendo a ciegas larvas y muriendo
por su reina que es ciega y pare a ciegas?
Cien veces hemos visto al sueño del mañana
flotando boca abajo en la bañera
y a dulces paraísos por ángeles pensados
convertirse en infiernos del demonio.
Caímos a millares por grandes ilusiones
las hondas certidumbres mataron como peste
¿y aún albergaremos la pueril esperanza
de que el sol del encuentro amanezca algún día?
No mientras no seamos uno para uno todos
no si no anteponemos el matiz al proverbio
no hasta que no se pudran las viejas dignidades
no hasta que alguien nos llame traidores a la patria.
Nadie piense que el túnel acabará hasta entonces.
La lepra no se cura usando maquillaje.
hace falta algo más que patrias y mercados
para hacer un país de treinta pensamientos.
Recelos suspicacias y temores
decir y no decir decir callando
callar y no calar callar diciendo
asentir con la boca negar con la cabeza
y cláusulas secretas y traiciones canijas
tendremos hasta entonces.
Y palabras palabras palabras y palabras.
Un millón de putísimas palabras
hasta el fin de la noche si esa noche
no es la noche del ciego.
***
INVENTARIO
Rosario Pérez Cabaña.
De Inventario (Fabulaciones, ficciones y otras verdades)
(La isla de Siltolá, 2018)
Una vez merecí una vida.
Y labios y un libro de poemas
y vientres y cigarros encendidos.
A veces merecí también lo que no tuve, lo que casi creí tocar
en engañosos tactos.
Merecí la entrega, el desgarro, el olvido involuntario,
la música, la historia, la plena laxitud del cuerpo tras los cuerpos,
el premio, la memoria, la repetición de los actos,
la morera, la risa incontrolada, la letra, los análisis retóricos,
la pérdida, la absoluta ganancia de mis pasos en la calle,
el paseo, el hombre que duerme, la prosa,
el aliento dulce de la niña, la promesa.
Nunca merecí, como se ve, otra cosa que le viva sucesión de días
y la sequedad en la garganta cuando el dolor opaco.
***