Todo va a ir bien: saldremos de esta. Y saldremos convencidos de que es bueno que seamos solidarios, que aprendamos a protegernos juntos, que sepamos que aquello que beneficia o perjudica a uno, beneficia o perjudica a todos. Algo que no gusta al sistema, porque este no es el fin del mundo; es el fin de un mundo, de un modo de vida. Y no le gusta porque puede ser el fin de su mundo, injusto, insolidario, individualista y codicioso.
Tutto andrà bene. Y saldremos de esta sabiendo que lo público, lo que es de todos y para todos, es al final lo que nos saca las castañas del fuego. Y esto no agrada al sistema, un sistema privatizador, especulativo y que antepone el valor del dinero a la persona.
Alles wird gut. Saldremos de esta sabiendo además quiénes son y qué cara tienen -por si alguien aún no lo sabía- esos que privatizaron y que hoy le exigen todo y de mala manera a lo público. Esos que llevan décadas descuartizando lo público y repartiéndose alegremente sus despojos. Esto tampoco gusta nada al sistema, que juega siempre con las cartas marcadas del patriotismo y las cuentas en Suiza.
Tudo vai ser certo. Saldremos de esta con el convencimiento de que la monarquía -mira por donde- es un injusto anacronismo de época, cuya utilidad cabe en el fondo de una cacerola aporreada.
Tout ira bien. Saldremos de esta sabiendo que la religión no cura. Algo que no va a gustar al sistema, que tiene en la religión esa farola apagada a la que se mantiene abrazado el personal narcotizado.
Everything will be fine. Saldremos de esta más críticos, sabiendo que el sentido de comunidad es sagrado y que nunca hay excusas para no saber más. Algo que hará rechinar los dientes del sistema que nos quiere sumisos, callados e ignorantes.
Todo saldrá bien, y comprenderemos entonces que lo más barato en este mundo es lo que se compra con dinero. Y que la vida es un abrir y cerrar de ojos, un breve parpadeo, durante el cual se nos concede ver las maravillas del Universo, contemplar a seres como nosotros y establecer relaciones con ellos.
Así que, mientras los días pasan con el ritmo de un caracol asmático, sigo convencido de que todo saldrá bien. Por eso: viva la vida con todos sus avíos, viva la vida con tomate, viva la vida con papas, viva la vida en colores, viva la vida nueva.
Saldremos de esta.